“Me paro en la puerta, me quito el sombrero porque en esta casa vive un caballero, vive un caballero vive un general si nos da permiso para comenzar…”. Supongo que algunos de nosotros en algún momento de nuestra infancia vivimos esta experiencia, la experiencia de salir a la “Ramada”.
Nuestros niños de SOLYLUNA año tras año salen en el barrio de Santiago, sobre todo en el mercado a pedir su “aguinaldo”; ellos cargan sus ramas de limonaria o de palma adornadas con globos de diversos colores, la imagen de la Virgen de Guadalupe, cantando con la ayuda de sonajas y cascabeles; la gente los espera y los recibe con gran alegría y expectación.
Es importante no privar a nuestros niños con alguna discapacidad de las tradiciones regionales, aunque a pesar de que no comprendan del todo lo que representa una tradición ellos tienen el derecho a experimentarlas y a vivirlas a su manera.
Así que, si nos ven por las calles con nuestras ramas, globos y cascabeles, no duden en detenerse a recibirnos y a escucharnos porque: “Ya se va la rama muy agradecida porque en esta casa fue bien recibida, pasen buenos días, así les deseamos, pasen buenas noches nosotros nos vamos”.
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