Tortura


Para mucha gente ir al dentista no es un acontecimiento que les hace brincar de alegría. Al contrario, en general lo posponemos hasta que nos duela algo y luego queremos que se arregle lo más pronto posible sin dolor. Todavía no existe el buen hábito de llevar a nuestros hijos al dentista cada seis mes y en muchos casos los papas nunca aprendieron la importancia de una buena higiene bucal o el efecto de la comida y los líquidos en nuestra dentadura. 

Desde hace 14 años muchos niños y jóvenes de SOLYLUNA van al consultorio del odontólogo Fernando Aguilar y desde hace un tiempo ya se involucraron sus hijos. Con mucha paciencia y amor colaboran con nosotros con sus servicios y nos reciben en sus instalaciones donde cada vez tratan de lograr que la visita sea lo menos tortuosa posible. Por supuesto que hay niños y jóvenes muy valientes, así como algunos que no entienden completamente lo que está pasando, sin embargo gracias a la paciencia de todos los involucrados sobreviven la experiencia y salen con un mejor futuro para su dentadura!

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