Un aula para todos

¡Hola Ivón!, ¡Dame cinco Chucho!, ¡Mi hermanito Natan!, ¡Dame un abrazo Ariana! Éstas y otras expresiones podemos escuchar de nuestros Amigos de SOLYLUNA, seguimos recorriendo el camino para la integración de nuestros niños y a mi parecer estamos en el sendero correcto, se trata de resultados, pero sobre todo de sentimientos compartidos; así como se trata de aprendizajes concretos, pero sobre todo de vivencias.

Podría decir que ahora nuestros Amigos de SOLYLUNA no únicamente son compañeros de nuestros niños, sino que también se han convertido en sus maestros, juntos aprendemos los colores, los números y hasta la comunicación por señas en un ambiente de respeto y tolerancia.

Poco a poco vamos rompiendo barreras y uniendo brechas, no se trata de hacer igual lo diferente, como leí en algún lado: “la integración escolar es abrir el aula, la escuela, el alma y voluntades a lo diferente, nos da la oportunidad de aprender a comprender, aceptar, conocer, compartir y vivir con estas diferencias”.

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