Hace unos meses maestros, papás y alumnos de SOLYLUNA Hidalgo, comenzamos la feliz tarea de sembrar diferentes árboles frutales, cada papá tiene asignada una parte de las áreas verdes para cuidar y mantener. Más que un melón o un manojo de rábanos, está el amor, la perseverancia y el compromiso que adquirimos cada uno de nosotros con nuestras semillas; así vamos dejando una huella de cada paso que damos sobre tierra firme y fértil, donde orgullosamente hoy vemos crecer y florecer nuestra siembra.
Un especial reconocimiento a doña Andrea y la familia Zapata, cuyo esfuerzo y dedicación nos muestran resultados.
No hay comentarios :
Publicar un comentario