Una Navidad especial

En las vísperas de navidad estos últimos 3 años siempre me invadía la nostalgia, pero este año es diferente: me invade la alegría, la motivación y la esperanza.  La diferencia de este año la marcó una etapa, un comienzo, una aventura que iniciamos varios niños y varias mamás juntas: la rehabilitación de nuestros hijos.

El comienzo no fue sencillo, implicaba un compromiso inmenso para lograr los objetivos con los pequeños, horas de trabajo y sacrificios pero la recompensa es aún mas grande que el compromiso que implica.

Día a día avanzamos un paso más, no hay pasos grandes ni pequeños, son solamente pasos que hemos trazado  juntos de la mano de nuestros pequeños que a pesar de las circunstancias siempre están firmes y determinados a darlos, no importa cuanto cueste, no importa cuanto duela, se van abriendo camino para llegar hasta los objetivos: gatear, comunicarse con señas, hablar, dar pasos solos, ponerse de pie, mirar, escuchar, tocar… 

 En estos meses hemos aprendido a disfrutar la vida de una manera más sencilla, en SOLYLUNA compartimos experiencias que quizás no imaginábamos, nuestros pequeños están conociendo el mundo como es, como cualquier otro niño, vamos de paseo, juegan con los animales, se celebra el  hanal pixan, la navidad, hacemos festivales, festejamos a todos, rompemos piñata y comemos pastel, no existen límites ni barreras para lograr tener una vida plena y feliz, no existe la palabra NO PUEDO, los pequeños están aprendiendo a ser parte de una sociedad donde poco a poco se van integrando y aunque falta mucho por andar, el camino ya no se ve tan difícil, ya no se ve solitario, vamos todos juntos viviendo el día a día y en estas fechas tan especiales solo me queda dar gracias a todos los que nos han abierto las puertas de su corazón y nos han permitido ser parte de su vida, gracias a todas las maestras y a todas las mamás que me han enseñado tanto y que el día de hoy me hacen vivir una navidad muy especial, donde celebro el amor y la vida misma como nunca.
Por Alejandra Cardós